Hola bloggers!
Empezamos una semana nueva, como siempre. Ya va quedando menos para acabar, y tengo un poquito de pena, aunque no quiero que acabe tan rápido porque ya llegan los exámenes. Como siempre digo, esta semana vamos a tratar un nuevo tema, este tema lo hablamos a diario en clase pero nunca me he parado a hablar sobre él. Esta semana me gustaría dedicarle a la columna semanal tratar el tema sobre el consumo de las drogas o el alcohol.
Actualmente el consumo de sustancias tóxicas sigue siendo uno de los problemas más importantes de nuestra sociedad, agravado por las necesidades sociales que se derivan de su abuso. El consumo de sustancias entre los adolescentes puede ir desde la experimentación a trastornos graves por dicho consumo. Todo el consumo de sustancias, incluso el consumo experimental, pone a los adolescentes en riesgo de sufrir problemas a corto plazo, tales como accidentes, peleas, actividad sexual no deseada y sobredosis. El consumo de tóxicos también altera el desarrollo cerebral de los adolescentes. Los adolescentes son vulnerables a los efectos del consumo de sustancias y corren un mayor riesgo de desarrollar consecuencias a largo plazo, como trastornos de salud mental, bajo rendimiento en la escuela, un trastorno por consumo de sustancias y mayores tasas de adicción, si consumen regularmente alcohol, cannabis (marihuana), nicotina u otras drogas durante la adolescencia.
Cabe decir que la adolescencia es la etapa vital en que se empieza a experimentar el consumo de sustancias tóxicas. Generalmente, las primeras drogas que la juventud experimenta son el alcohol y el tabaco. Es importante destacar que ahora hay más conocimiento científico sobre las cuestiones relacionadas con la prevención y se ha experimentado un notable avance en ello. Uno de los factores de protección que más influyen en el consumo de drogas en los adolescentes son el autocontrol emocional, la habilidad para tomar decisiones y resolver problemas y la competencia social. Por tanto, el modelo más adecuado en la prevención de drogodependencias es el de educación en las habilidades para la vida.
Por otro lado, el consumo del alcohol es más frecuente y es la sustancia más utilizada por los adolescentes. La sociedad y los medios de comunicación describen el consumo de alcohol como un mecanismo aceptable, popular o incluso como un mecanismo saludable para controlar el estrés, la tristeza o los problemas de salud mental. A pesar de estas influencias, los padres deberían marcar la diferencia expresando unas expectativas claras a sus hijos sobre el alcohol, estableciendo límites de manera coherente y vigilándolos, para prevenir que este tipo de problemas o el aumento del consumo vaya a más. Por otro lado, los adolescentes cuyos familiares beben en exceso piensan que este comportamiento es aceptable. Algunos adolescentes que prueban el alcohol acaban desarrollando un trastorno relacionado con su consumo, al igual que otros tipos de sustancias. Entre los factores de riesgo para ello se encuentran el hecho de empezar a beber a edad temprana y factores genéticos. Hay que procurar que los adolescentes con experiencia familiar de alcoholismo sean conscientes de que se encuentran expuestos a un mayor riesgo.
Los factores de riesgo más importante para el consumo de tabaco en adolescentes son:
Tener padres que fuman
Tener compañeros y modelos a seguir (como celebridades) que fuman
Otros factores de riesgo que se asocian frecuentemente al inicio del tabaquismo en la infancia incluyen
Bajo rendimiento escolar
Otros comportamientos de alto riesgo (como dietas rigurosas, en especial en niñas; peleas físicas y conducción bajo los efectos del alcohol, en especial en niños; o consumo de alcohol u otras drogas)
Escasa destreza en la resolución de problemas
Baja autoestima.
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